La pérdida y el desperdicio de alimentos es un problema global. Para resolverlo debemos tomar medidas, pero cada acción tiene consecuencias no deseadas sobre el medio ambiente, el acceso a los alimentos, los precios, etc. Sólo con elecciones informadas podemos hacer una diferencia positiva.La idea de que se pierden o se desperdician los alimentos puede parecer sencilla, pero en la práctica no existe una definición comúnmente acordada.Esencialmente, la pérdida y el desperdicio de alimentos es la reducción de la cantidad o calidad de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro alimentaria. La pérdida de alimentos ocurre a lo largo de la cadena de suministro alimentaria desde la cosecha hasta el nivel minorista, pero sin incluirlo.El desperdicio de alimentos se produce a nivel de la venta al por menor y el consumo.Aunque puede haber una pérdida económica, los alimentos desviados hacia otros usos económicos no se consideran cómo pérdida o desperdicio de alimentos, ni tampoco lo son las partes no comestibles de los alimentos.Estimaciones iniciales de la FAO para el índice de pérdida de alimentos nos dicen que alrededor delde los alimentos se pierden a nivel mundial desde la postcosecha hasta el nivel minorista, pero sin incluir éste último. A medida que mejoremos nuestras estimaciones, sabremos si la magnitud del problema es comparable a las estimaciones anteriores de alrededor de 1/3 de los alimentos que se pierden o se desperdician cada año en el mundo.
NOTA: El porcentaje de pérdida de alimentos se refiere a la cantidad física perdida para diferentes productos básicos dividida por la cantidad producida. Se utiliza una ponderación económica para agregar porcentajes a nivel regional o de grupo de productos, de modo que los productos de mayor valor tienen más peso en la estimación de pérdidas que los de menor valor.
Entre las causas importantes de las pérdidas en las explotaciones agrícolas se incluyen el momento inapropiado para la recolección, las condiciones climáticas, las prácticas utilizadas en la recolección y la manipulación, y los problemas en la comercialización de la producción.
Se producen pérdidas significativas a causa de un almacenamiento inadecuado, así como por decisiones tomadas en etapas tempranas de la cadena de suministro que hacen que los productos tengan una vida útil más corta.
Una buena infraestructura y una logística comercial eficaz son fundamentales para evitar la pérdida de alimentos. La elaboración y el envasado son determinantes en la conservación de los alimentos, y las pérdidas suelen deberse a instalaciones obsoletas, al mal funcionamiento técnico o a errores humanos.
Las causas del desperdicio de alimentos en el comercio minorista están relacionadas con una vida útil limitada, la necesidad de que los productos alimenticios cumplan las normas estéticas en términos de color, forma y tamaño, y la variabilidad de la demanda.
El desperdicio a nivel del consumidor se debe a menudo a una mala planificación de las compras y las comidas, un exceso de compra (influido por porciones y tamaños de envases demasiado grandes), confusión sobre las etiquetas (fechas de consumo preferente y de caducidad) y un almacenamiento inadecuado en el hogar.Las medidas destinadas a combatir el problema de la pérdida y el desperdicio de alimentos pueden tener efectos diversos en la seguridad alimentaria y la nutrición. Cuáles son los impactos -y quiénes se ven afectados- depende del lugar de la cadena de suministro de alimentos en el que se produce la reducción de las pérdidas o el desperdicio, y del lugar en el que se encuentran las personas vulnerables a nivel nutricional y que sufren de inseguridad alimentaria.Los efectos potenciales de las iniciativas de reducción incluyen cambios en la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad de los alimentos.Cualquier iniciativa diseñada para reducir significativamente la pérdida o el desperdicio de alimentos afectará a los precios a lo largo de toda la cadena de suministro. Estos cambios de precios se conocen como repercusión de los precios. El impacto exacto de la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos dependerá del grado de integración de los mercados y de la eficacia con que se repercutan los cambios de precios.
Un factor clave es la distancia o la proximidad al lugar de la reducción.
Por ejemplo, la reducción de las pérdidas en las pequeñas explotaciones agrícolas de los países de bajos ingresos puede tener un fuerte impacto en la seguridad alimentaria local, ya que los excedentes de alimentos estarán disponibles en el área local. Sin embargo, la reducción del desperdicio a nivel de los consumidores en los países de ingresos altos no implica que el excedente de alimentos esté disponible para las personas pobres o con inseguridad alimentaria en un país lejano, lo que significa que su nivel de inseguridad alimentaria sigue siendo el mismo.La pérdida y el desperdicio de alimentos implican un mal uso de los recursos y un impacto ambiental negativo. Se prevé que el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos darán lugar a un incremento de la demanda de productos agrícolas, con una mayor presión sobre los recursos naturales.
Por esta razón resulta crucial reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. No sólo mejorará nuestro uso de los recursos naturales, sino que contribuirá directamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por unidad de alimentos consumidos. Esto se debe a que habrá más alimentos que lleguen al consumidor para un determinado nivel de recursos utilizados.
Sin embargo, vale la pena recordar que la mejora de la eficiencia no reduce necesariamente los recursos totales utilizados o los GEI emitidos. El impacto ambiental será, en última instancia, el resultado de los cambios de precios asociados a la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, lo que determinará de forma indirecta su impacto en el uso de los recursos naturales y en las emisiones de GEI.
La eficacia de la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en la generación de resultados ambientales deseables depende en cómo afecta a los precios
Una intervención para reducir la pérdida o el desperdicio de alimentos -si es lo bastante importante-, afectará a los precios en las fases anteriores y posteriores de la cadena de suministro en relación con el lugar donde se produce la intervención.
Estos cambios de precios y la fase en que se produce la iniciativa, determinarán el impacto medioambiental global.
Debido a estos efectos sobre los precios, para alcanzar los objetivos medioambientales, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos deben tener lugar en una fase posterior de la cadena de suministro en relación con el lugar en el que se produce el impacto medioambiental.Existe una variedad de posibles intervenciones para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos. Si bien queda claro que su aplicación es un proceso complejo que depende de una gran cantidad de actores y cuya implementación se encuentra incrustada en los sistemas alimentarios, políticos, económicos y sociales de las regiones en las que estas se ejecutan, es importante que el público se involucre de una forma u otra en estos esfuerzos.
Diferentes países tendrán diferentes objetivos para orientar sus opciones, y las condiciones políticas y materiales en cada región permitirán o inhibirán la gestación de proyectos y organizaciones dedicados a mitigar el desperdicio de alimentos. En el caso de México, Alimento Para Todos ha estado presente desde hace 25 años. En medio de una de las peores crisis financieras en la historia del país, se manifestó de forma evidente que la pérdida y desperdicio de comida es un fenómeno inaceptable. Al mismo tiempo, intervenir para reducir este fenómeno se presenta como una oportunidad de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición.A partir del modelo de banco de alimentos hemos trabajado por implementar una sólida intervención en el sistema alimentario del país. En un territorio en el que abunda la desigualdad hemos tenido que sopesar diferentes estrategias y surcar un camino institucional priorizando el impacto sobre la pobreza y la inseguridad alimenticia a largo plazo.
Este año se celebra por primera vez el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos el 29 de septiembre. En medio de la inestabilidad económica y social que han opacado estos meses es más importante que nunca encontrar maneras de garantizar sistemas alimentarios justos y sostenibles.