En las décadas transcurridas desde la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, estos derechos han sido más reconocidos y garantizados en todo el mundo. A casi 75 años de la Declaración, vale la pena reconocer los retos que aún quedan para alcanzar su plena garantía en todas nuestras sociedades.
El Artículo 25, relacionado estrechamente con la alimentación, menciona que: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios: tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Al interior de Alimento Para Todos, la noción de que todos tenemos derecho a una alimentación digna ha funcionado como el motor de la Institución y la impulsa a continuar buscando soluciones a partir de la colaboración intersectorial.
En torno a este último, Alimento Para Todos ha hecho su propósito fundacional promover y coadyuvar a su realización especialmente entre las poblaciones más vulnerables. La alimentación, una de las necesidades primordiales para la subsistencia, continúa siendo un tema de contienda y preocupación aún el día de hoy. A partir del modelo de bancos de alimentos, es posible atrevernos a imaginar un futuro en el que todos tengamos acceso a una alimentación nutritiva, mientras que simultáneamente abordamos los desafíos alrededor de la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios.
Si bien la promoción de políticas realizada por los bancos de alimentos frecuentemente se limita a defender los programas de asistencia nutricional existentes, el derecho a la alimentación ofrece una oportunidad para que bancos de alimentos y organizaciones de primera línea se involucren en agendas más amplias que aborden las causas profundas del hambre. Al interior de Alimento Para Todos, la noción de que todos tenemos derecho a una alimentación digna ha funcionado como el motor de la Institución y la impulsa a continuar buscando soluciones a partir de la colaboración intersectorial. Este 10 de diciembre, a 74 años de la adopción de la Declaración, contamos con una oportunidad para reflexionar sobre el camino que nos queda por delante para que todos y todas tengamos acceso a suficiente comida y medios de subsistencia para llevar una vida con dignidad.