La COVID-19 ha puesto a prueba la resiliencia de nuestras comunidades a una escala sin precedentes; ha expuesto vulnerabilidades en las capacidades de atención médica, mercados y empleos, sistemas de bienestar, la inclusión de grupos desfavorecidos, cooperación comunitaria y más. Las partes rotas tendrán que ser reconstruidas, es por eso que expresamos nuestro compromiso con la lucha contra el hambre a través de una transformación profunda de nuestros sistemas alimentarios.
Para conseguir reconstruir mejor, los nuevos patrones de desarrollo deben ser inclusivos, resilientes y promover una agenda para el desarrollo sostenible. Al tejer un tejido social fuerte dentro de las comunidades, el voluntariado se encuentra en la intersección clave de estas cualidades. Cuando quienes tienen conocimientos y percepciones locales se apropian colectivamente de los problemas locales, las comunidades se movilizan de manera única en torno a los esfuerzos de desarrollo.
Alimento Para Todos reconoce el papel de los voluntarios; buscamos constantemente su integración en las intervenciones de desarrollo de la organización. Los grupos de voluntarios a menudo desempeñan un papel de liderazgo indispensable en la lucha contra el hambre, en particular en los esfuerzos para alcanzar a las personas vulnerables y para llegar a lugares remotos. Su capacidad de amplificar esfuerzos es uno de los bastiones de la sociedad organizada.
A partir de esta visión es que frente al cambio en el semáforo epidemiológico de la Ciudad de México hemos reconocido adecuada la reactivación de programas de voluntariado. Los programas de redistribución de alimento son parte del tejido de nuestras ciudades y representan el civismo y la solidaridad de nuestra sociedad, es por eso que la intervención de grupos voluntarios es crucial para extender el impacto positivo de los esfuerzos institucionales en la lucha contra el hambre.
Trabajadores de Tiendas Neto han dado un paso adelante en la reactivación de actividades de voluntariado en Alimento Para todos. A partir de la discusión de la evidencia existente, las buenas prácticas y las lecciones aprendidas en torno al voluntariado, hemos implementado un modelo de voluntariado seguro y con valor social.
Nuestra visión del voluntariado toma en cuenta la necesidad de solucionar las desigualdades en el voluntariado, nuevos modelos de colaboración voluntaria y considerar nuevas medidas para formalizar el voluntariado informal. Como parte de la sociedad organizada y con el fin de gestar desarrollo y crecimiento, reafirmamos nuestro compromiso para desarrollar la infraestructura de voluntariado, desplegar iniciativas y medir sus resultados.